Si hay un ritual que muchos apasionados del arte compartimos es empezar y acabar el año disfrutando de aquellas exposiciones de los grandes centros de arte. En Madrid la oferta es inmensa y en muchas ocasiones queda enterrada por los quehaceres cotidianos. Así que en este post he querido reunir 5 muestras que no debes perderte en estas fechas si quieres empezar el 2018 empapándote de la maestría de Picasso, Lautrec o William Morris, entre otros.
Palimpsesto (Museo Nacional Reina Sofía – hasta el 1 de abril)
La artista colombiana Doris Salcedo ha desarrollado un complejo y multifacético trabajo en torno a la violencia política y el sufrimiento de aquellos que han quedado excluidos de unas condiciones de vida digna. Palimpsesto, título de su intervención en el Palacio de Cristal, constituye un ejemplo paradigmático de su decidida apuesta por «presentar la violencia sin violencia», por hacer perceptible el dolor sin necesidad de mostrarlo explícitamente. La artista colombiana visibiliza uno de los hechos más dramáticos e ignominiosos de la nuestra historia reciente: la muerte de miles de personas en las aguas del Mediterráneo ante la indiferencia de una sociedad europea anestesiada.
Picasso/Lautrec (Museo Thyssen-Bornemisza – hasta el 21 de enero)
Esta exposición es la primera monográfica dedicada a la comparación de estos dos grandes maestros de la modernidad. Aunque su relación artística ha sido reiteradamente establecida por la literatura y la crítica contemporánea esta es la primera vez que se confronta la obra de ambos en una muestra. La muestra plantea además nuevos puntos de vista de esta apasionante relación, pues no se limita al tópico del joven Picasso admirador de Lautrec en Barcelona y sus primeros años en París, sino que ha rastreado la pervivencia de esa huella a lo largo de la dilatada trayectoria del artista español, abarcando también su periodo final.
SUDA Yoshihiro (Galería Elvira González – hasta el 13 de enero)
Suda se caracteriza por realizar esculturas en pequeño formato de plantas y flores en madera de magnolio también conocida como hoonoki. La obra del escultor japonés, además de ser de preciso y asombroso detalle, se caracteriza por cobrar vida con pigmentos naturales y por ser instalada por el artista en lugares inesperados. Se da el caso incluso de espectadores que han llegado a confundir el trabajo de Suda con hierbas y flores producto del “descuido” en las instalaciones de museos y galerías. Desde sus inicios Suda Yoshihiro ha dedicado su trayectoria artística a perfeccionar sus habilidades como escultor y a intentar transmitir con sus piezas calma, paciencia y concentración al espectador.
William Morris y compañía (Fundación Juan March – hasta el 21 de enero)
Esta exposición ofrece la oportunidad de explorar y apreciar en profundidad las múltiples facetas del diseñador, artesano, empresario, poeta, ensayista y agitador social William Morris (1834-1896), así como de las principales figuras del movimiento Arts and Crafts. Esta nueva generación de arquitectos, diseñadores, artistas y artesanos compartían la preocupación por los dañinos efectos de la industrialización, tanto en las condiciones sociales y laborales como en en la artesanía tradicional británica. La gran mayoría de las obras provienen de instituciones británicas y no han sido antes expuestas en España. Entre ellas destaca un inmenso tapiz realizado por Morris & Co en la década de 1890 que ilustra la leyenda del Santo Grial, el exquisito armario de Ernest Gimson pintado con imágenes de la vida rural en los Cotswolds, un bello panel bordado por Margaret Macdonald Mackintosh, o la gran vidriera de Frank Lloyd Wright.
Cai Guo-Qiang (Museo del Prado – hasta el 4 de marzo)
Cai Guo-Qiang es el primer artista contemporáneo que concibe obra inédita creada in situ para su exposición en el Prado y se trata de su primera exposición monográfica centrada en la pintura desde hace más de 30 años. Esta exposición, que nace del continuo intercambio del artista con la figura y la espiritualidad del Greco y plantea un diálogo con los maestros del Prado, está formada por 27 pinturas hechas con pólvora, ocho de las cuales se han realizado en el Salón de Reinos. Con este proyecto Cai pretende reivindicar las cualidades que definen el espíritu de la pintura: la sensibilidad del artista, sus aptitudes artesanales y la sensación de aventura que supone trabajar sobre un lienzo en blanco. Por ello, ampliando su personal espíritu pictórico y pensando en vías de progreso para el arte contemporáneo, los temas y las obras creadas para esta exposición componen una progresión rítmica que refleja una regla de composición usada en las creaciones literarias y musicales de la China clásica y moderna.
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